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Índice de masa corporal: ventajas y desventajas de su uso en la obesidad. Relación con la fuerza y la actividad física

– Autores:

Walter Suárez-Carmona
Facultad de Ciencias del Deporte, Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. España. Grupo de Ejercicio Físico. Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad.

Antonio Jesús Sánchez-Oliver
Facultad de Ciencias del Deporte, Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. España. Grupo de Ejercicio Físico. Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad. Área de Motricidad Humana y Rendimiento Deportivo, Universidad de Sevilla, Sevilla, España.

Resumen
El índice de Masa Corporal (IMC) es aceptado por la mayoría de las organizaciones de salud como una medida de primer nivel de la grasa corporal y como una herramienta de detección para diagnosticar la obesidad. El IMC también se usa de forma amplia como factor de riesgo para el desarrollo o la prevalencia de distintas enfermedades, así como para diseñar políticas de salud pública. Aunque el IMC es útil en estudios poblacionales y epidemiológicos, los nuevos métodos de imagen indican que el IMC tiene un valor predictivo muy limitado para estimar la grasa corporal, la masa ósea y la masa magra a nivel individual, pudiendo afectar seriamente a la cuantificación de la pérdida de masa y funcionalidad muscular y ósea, tejidos claves en la salud y en la calidad de vida. Además, la evidencia actual indica que hay una amplia gama de IMC sobre los cuales el riesgo de mortalidad es modesto. Partiendo de esta premisa, el uso del IMC como una medida de la composición corporal en el entorno clínico debe, por lo tanto y cuanto menos, ser revisado. Asimismo, el IMC no es una herramienta adecuada para diferenciar con precisión los componentes importantes del peso corporal y, por lo tanto, no debería ser utilizado para tomar decisiones clínicamente importantes a nivel individual.

Palabras Clave
índice de masa corporal, obesidad, epidemiología, salud, antropometría

Abstract
The Body Mass Index (BMI) is accepted by most health organizations as a first-level measure of body fat and as a screening tool to diagnose obesity. BMI is also widely used as a risk factor for the development or prevalence of various health problems and diseases. In addition, it is used extensively to design public health policies. Although BMI is useful in population and epidemiological studies, the new imaging methods indicate that the BMI has a very limited predictive value for estimating body fat, bone mass and lean mass at the individual level, and can seriously affect the loss of muscle and bone mass and functionality, key tissues in health and quality of life. Furthermore, current evidence indicates that there is a wide range of BMI on which the risk of mortality is modest. Based on this premise, the use of BMI as a measure of body composition in the clinical setting should, therefore, be reviewed at least. Likewise, the BMI is not an adequate tool to accurately differentiate the important components of body weight and, therefore, should not be used to make clinically important decisions at the individual level.

Key words
body mass index, obesity, epidemiology, health, anthropometry

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